lunes, 3 de junio de 2019

Recupera tu bienestar gracias a técnicas de inducción miofascial


El bienestar y la salud de cada uno de nosotros se ve afectado día a día por el cúmulo de estrés, por la mala alimentación, que llevamos a veces por falta de tiempo, y otras veces, por la ausencia de alimentos de calidad en nuestra dieta, por esfuerzos físicos que realizamos, y/o por traumatismos que vamos sufriendo a lo largo de nuestra vida...

Todo esto va acumulándose en nuestro organismo, saturándolo de tensiones, hipomovilidad, rigidez... y normalmente termina traduciéndose en una disfunción general del cuerpo, acompañado en la mayoría de los casos de distintos focos de dolor, que hacen cuesta arriba nuestra actividad diaria.

Cuando esto ocurre, nuestro sistema miofascial se ve limitado en su función, produciendo dolor muscular y articular, y en muchos casos también una alteración del correcto funcionamiento de los distintos sistemas, como por ejemplo el respiratorio, cardiovascular, nervioso...

¿Qué es el sistema miofascial? 

La fascia es la forma del tejido conjuntivo que rodea todos los órganos en forma tridimensional permitiendo mantenerlos en su correcta posición y funcionamiento. Al mismo tiempo cada músculo y cada una de sus fibras y haces musculares están rodeados por la fascia.


La fascia corporal tiene un recorrido continuo a lo largo del cuerpo, que envuelve cada una de las estructuras que lo forman, y que al mismo tiempo las conecta entre sí.

El sistema miofascial sano y equilibrado, con la capacidad de un libre y completo estiramiento, asegura al cuerpo la posibilidad de un movimiento completo en su amplitud y sincronizado en sus movimientos, siempre en la búsqueda de la máxima eficacia funcional con un mínimo gasto de energía.

Sin embargo, el mismo sistema puede interferir en un normal desarrollo de los movimientos al encontrarse restringido y bloqueado, imposibilitando la eficiente ejecución de los movimientos.

Considerando que el recorrido de la fascia es continuo, cualquier cambio estructural en una determinada parte del cuerpo puede generar restricciones en las partes distales...

Este cambio estructural de la fascia llamado "disfunción miofascial" puede producirse por diversos traumatismos de origen mecánico o emocional de origen intrínseco o extrínseco como, por ejemplo, un golpe, una caída, una intervención quirúrgica, una menstruación dolorosa o una postura inadecuada.

La disfunción miofascial no tratada correctamente y a tiempo lleva al paciente a un círculo vicioso de tensión y espasmos musculares produciendo una disfunción orgánica y dolor.

El tratamiento a través de la aplicación de las técnicas de inducción Miofascial, tiene como principal objetivo, permitirle al paciente un pronto, y, en lo posible, completo restablecimiento del equilibrio corporal, y de esta manera un funcionamiento óptimo del mismo.

Recuperando de esta forma un agradable estado de bienestar que permita disfrutar de la vida saludablemente.